La elección del tipo de cortina normalmente tiene mucho que ver con la ubicación de la ventana en la habitación, su tamaño, la orientación con respecto al la posición del sol de la ventana y la distribución del mobiliario, pero si la cortina que quieres poner es la de un espacio destinado al trabajo o al estudio estas pautas son más importantes si cabe.
Tener en cuenta el tipo de tejido es otro de los factores importantes a la hora de encargar una cortina a medida. Puedes optar por telas o tejidos técnicos según tus gustos y necesidades, pero siempre teniendo en cuenta que respeten la luz natural y, a la vez, tamicen la entrada de los rayos solares que tanto molestan a la hora de trabajar delante de una pantalla de ordenador. En este sentido los tejidos técnicos tipo screen para cortinas enrollables, paneles japoneses o cortinas verticales son ideales.
La cortina nunca ha de estorbar ni interferir en la zona de trabajo por lo que es muy frecuente recurrir a estores o cortinas enrollables si el escritorio queda justo debajo de la ventana. Se puede optar por otras soluciones sobre todo si se puede retirar el escritorio de la pared para que las cortinas caigan por detrás, pero no es lo más frecuente.
El color de la cortina también es importante. Los colores influyen en el estado de ánimo y a la capacidad de concentración por lo que siempre es mejor decidirse por colores neutros o relajantes que inviten a la tranquilidad.
El grado de transparencia de las cortinas también es muy importante y este factor es muy personal y variable, pero hay que tenerlo en cuenta. Hay personas que para su bienestar prefieren cortinas que permitan la visibilidad al exterior de manera que las vistas sean una continuidad de la casa, se sienten encerrados si ponen una cortina que no les permita ver, en cambio otras personas necesitan intimidad y no ver a través de la cortina para sentirse recogido y no desconcentrarse.
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